Una sesión de preguntas y respuestas con Jeremy Anagnos, CFA, director, director en jefe de Inversiones en Infraestructuras y James Crutcher, vicepresidente sénior, analista sénior para Europa de CBRE Clarion
La pandemia de COVID-19 está afectando a las empresas y consumidores de todo el mundo. ¿Cuáles son las repercusiones en las empresas globales de infraestructuras cotizadas? Los gestores de carteras Jeremy Anagnos y James Crutcher explican cómo su estrategia es capaz de capear la tormenta adoptando una visión a largo plazo.
¿Cómo están afectando la pandemia de COVID-19 y los acontecimientos económicos derivados de esta a las inversiones en infraestructuras?
La situación varía en función del sector, pero la respuesta general es que las repercusiones son mínimas. De hecho, la mayoría de las compañías de infraestructuras están registrando crecimiento en sus beneficios y dividendos, una tendencia que previsiblemente se mantendrá durante el próximo año.
Echemos un vistazo a los cuatro sectores principales que abarca esta clase de activos:
El sector de comunicaciones ha protagonizado un marcado incremento en términos de uso, dado que las políticas de trabajo en remoto han impulsado la demanda de conectividad y las necesidades de almacenamiento de datos. De este modo, las empresas de conectividad inalámbrica y banda ancha probablemente aumentarán su gasto este año de cara a mejorar su conectividad y sus redes de fibra, lo que resultará beneficioso para los titulares de valores del sector de comunicaciones.
El sector de suministros públicos ha mostrado gran resiliencia debido a su perfil normativo. Este sector proporciona servicios esenciales y desempeña un papel sumamente importante, dado que se encarga de mantener el funcionamiento de la luz, la calefacción y los electrodomésticos en nuestras casas. Si bien la demanda comercial e industrial se ha reducido en parte, el consumo residencial —el cual tiene mayores márgenes— se ha incrementado durante la pandemia, y muchas compañías están cubiertas ante el descenso de la demanda a través de normativas de protección.
En el sector del transporte, los aeropuertos se han visto muy afectados por las restricciones a los viajes, así como las autopistas, aunque en menor medida. Algunos operadores de aeropuertos han suspendido o recortado su reparto de dividendos debido a requisitos gubernamentales a cambio de recibir ayudas públicas o de cara a reforzar sus balances. El tráfico ferroviario para el transporte de mercancías se ha visto menos lastrado en términos generales, pero será vulnerable a la recuperación económica.
Las compañías de infraestructuras de distribución de energía también se han visto penalizadas. Las empresas de distribución expuestas al sector petrolero son las que más riesgo corren, mientras que las de gas natural se benefician de la temática a largo plazo de la descarbonización, dado que el gas seguirá constituyendo una importante fuente de energía más limpia en EE. UU. y los mercados emergentes.
¿Cuáles son sus perspectivas a corto y largo plazo para las inversiones en infraestructuras?
A corto plazo, creemos que existe un mayor potencial para que los inversores en infraestructuras no cotizadas con elevados niveles de capital inviertan en empresas de infraestructuras cotizadas, al verlas como una alternativa viable para asignar su capital. Cabría esperar que ello resulte favorable para las valoraciones de los títulos de infraestructuras cotizadas. Ya el año pasado este tipo de actividad fue notable: se excluyeron de los mercados cotizados empresas de infraestructuras cotizadas por un valor récord valor de 50.000 millones de dólares estadounidenses en los cuatro sectores clave. Estas exclusiones tuvieron lugar con unas primas un 30% superiores a las cotizaciones no afectadas. Los inversores en infraestructuras no cotizadas han registrado flujos de entrada récord a medida que las asignaciones a la clase de activos siguen aumentando. No obstante, las opciones de inversión son escasas debido a la extrema dificultad para construir nuevos activos, y si tomamos en cuenta que las empresas cotizadas siguen negociándose con unos descuentos del 20%-30% frente a aquellas no cotizadas, representan una valiosa fuente de activos. Por lo que esperamos que haya mayor actividad.
El coronavirus no afecta a los catalizadores a largo plazo de los activos de infraestructuras, como la seguridad, fiabilidad y eficiencia siguen vigentes. Además, la descarbonización a escala mundial del sector energético perdurará durante la próxima década, lo que impulsará la inversión en la generación y transmisión de energía renovable y en la modernización de la red. Por último, el crecimiento a largo plazo del consumo y la transmisión de datos no se ve afectado por estos acontecimientos macroeconómicos y exigen nuevas infraestructuras de comunicación.
¿En qué se fijan a la hora de seleccionar empresas de infraestructuras para la cartera?
Buscamos compañías con perspectivas de rentabilidad ajustada al riesgo elevadas, sustentadas por flujos de caja y dividendos estables y predecibles, con balances flexibles y equipos directivos que cuenten con sólidas trayectorias para con sus partes interesadas, incluidos reguladores, clientes, empleados, acreedores y accionistas. Los activos de infraestructuras son esenciales, pero su naturaleza también hace que sean sumamente vulnerables al bienestar de las comunidades y las personas, de modo que las empresas que cuidan sus activos e invierten a largo plazo suelen lograr una rentabilidad superior.
CBRE invierte en infraestructuras tanto cotizadas como no cotizadas. ¿Ofrece ventajas contar con una plataforma para invertir en ambas?
CBRE Global Investors, la división de gestión de activos de CBRE, gestiona activos reales por valor de 113.000 millones de dólares estadounidenses en los segmentos de activos inmobiliarios e infraestructuras. Nuestra plataforma de infraestructuras cuenta con 30 profesionales de la inversión que gestionan más de 8.000 millones de dólares estadounidenses en infraestructuras cotizadas y no cotizadas. Nuestro proceso está concebido para incorporar el conocimiento y la información de nuestros compañeros especializados en mercados no cotizados en nuestras decisiones de inversión.
Los inversores en activos no cotizados son muy activos en el mercado y han captado importantes volúmenes de capital. Creemos que contamos con una ventaja frente a nuestros homólogos, dado que incorporamos las visiones del mercado no cotizado en cuanto a normativas, fundamentales, operaciones y valoraciones en nuestras suscripciones. Tenemos la capacidad de recopilar información adicional, especialmente en relación con la dinámica de precios y las rentabilidades exigidas, lo que nos ofrece una perspectiva más amplia sobre las rentabilidades potenciales y nos ayuda a identificar los riesgos.