Thede Rüst, responsable del equipo de Deuda emergente de Nordea y gestor de la Estrategia Emerging STARS Bond de la gestora
Las selvas tropicales del mundo desempeñan un papel vital para preservar la vida en la Tierra. Sin embargo, estos bosques tropicales están amenazados por la destrucción ejercida por la mano del hombre, principalmente para obtener espacios para realizar actividades agrícolas, pero también para abrir caminos para la minería.
Por ejemplo, en noviembre de 2020 recibimos muy malas noticias del INPE, la agencia espacial brasileña. La destrucción de la selva amazónica alcanzó su nivel más alto de los últimos 12 años, con un aumento del 9,5 % en la cantidad arrasada con respecto al año anterior, hasta alcanzar los 11.088 km2. Esta superficie es similar a la de Jamaica.
La escala de la destrucción ha aumentado desde principios de 2019, cuando el jefe de Estado alentó la expansión del pastoreo de ganado, el cultivo de soja y la minería en la región. Entretanto, el Gobierno recortó la financiación de las agencias federales con poder para multar y arrestar a los agricultores y madereros que infringen la ley medioambiental al destruir los bosques.
En Nordea Asset Management estamos muy preocupados por la política climática de Brasil. Reviste importancia en el plano financiero para nuestras carteras, ya que plantea riesgos reputacionales, operativos y normativos que pueden afectar a la deuda pública.
Los consumidores, las empresas y los Gobiernos serán más reacios a tratar con las empresas implicadas en la destrucción de estos ecosistemas, como los negocios agrícolas que utilizan antiguas tierras forestales o las compañías de procesados cárnicos que utilizan el ganado que ha pastado en ellas. Lo mismo aplica a la deuda pública brasileña.
Si se aísla más, la economía de Brasil podría ver frenado su crecimiento, lo que lastrará el valor de todos los activos del país e incluso de los Estados colindantes. Por ejemplo, Francia, Irlanda y Austria tienen previsto bloquear la ratificación parlamentaria de un acuerdo comercial entre la UE y el bloque de Mercosur —formado por Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina— a menos que el Gobierno brasileño se comprometa a ampliar sus esfuerzos para atajar la deforestación amazónica.
Presionar a Brasil
Los gestores de renta fija pueden desempeñar un destacado papel en la lucha para frenar la deforestación en la Amazonia gracias a su capacidad para exigir responsabilidades a los Gobiernos mediante la toma de medidas que ejerzan presión sobre ellos. El equipo de deuda emergente de Nordea Asset Management así lo hizo en 2019, en respuesta a la amenaza que la deforestación suponía para el valor de la deuda pública brasileña.
Ante la materialidad financiera negativa de la destrucción de la selva tropical, decidimos en 2019 que ya no compraríamos bonos del Tesoro brasileños para ninguna de nuestras estrategias de deuda emergente gestionadas internamente, incluida nuestra Estrategia Emerging STARS Bond. También liquidamos nuestra posición en la empresa cárnica brasileña JBS.
En julio del año pasado, Nordea Asset Management se convirtió en miembro fundador de la iniciativa Investors Policy Dialogue on Deforestation (IPDD), compuesta por inversores que buscan entablar un diálogo para elaborar políticas contra la deforestación. Esta iniciativa trabaja con los organismos públicos y las asociaciones sectoriales en esta cuestión, inicialmente en Brasil, donde la necesidad es más acuciante.
Además, en junio del año pasado, 29 inversores firmaron una carta con sus inquietudes y la remitieron al Gobierno brasileño para exigir que frenara la deforestación y protegiera los derechos de los pueblos indígenas. Como resultado de la carta, NAM fue invitada a una llamada con Roberto Campos Neto, el presidente del Banco Central de Brasil. Esto dio lugar a nuevas conversaciones con el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourão, así como con otros ministros del consejo de la Amazonia. En consecuencia, Nordea Asset Management y otros ocho destacados inversores fueron invitados a abordar la deforestación con el Gobierno brasileño.
Los principales bancos y empresas brasileñas respondieron con su propia carta dirigida al Gobierno con un mensaje similar. Desde entonces, la IPDD se ha ampliado a 43 miembros, responsables de unos 6 billones de dólares en activos gestionados.
La deforestación afecta a todos los inversores
La deforestación de la selva tropical amazónica y en otros lugares es una gran amenaza para el clima y la economía mundial, y un peligro aún mayor para los países donde se produce. La deforestación es un tema de vital importancia, y no solo para los inversores en el ámbito de la inversión ética. Es relevante para cualquier inversor, ya que amenaza el valor de los activos que posee y afecta a los activos que podría optar por adquirir en el futuro.
Ni JBS ni el Gobierno brasileño han hecho todavía lo suficiente para que modifiquemos nuestra postura de inversión, pero los avances realizados nos infunden esperanza. Entretanto, actuaremos velando por los intereses de nuestros clientes mediante el mantenimiento de la presión que ejercemos.
Resulta alentador ver las acciones corporativas positivas realizadas en Brasil. Está claro que algunas de las empresas brasileñas se están dando cuenta de estas presiones y están buscando soluciones innovadoras. Por ejemplo, la empresa de papel y celulosa Suzano, un grupo en el que invertimos, ideó una interesante estructura de emisión de bonos vinculados a las emisiones de carbono. En esencia, ello implica que si Suzano no reduce sus emisiones, tendrá que pagar un cupón más alto.