Por Eric Pedersen, head of responsible investments at Nordea Asset Management
Los factores ESG y la sostenibilidad han ido evolucionando en los últimos años. También, ha dejado entrever que la exclusión y el compromiso no van de la mano, y lleva al m La comprensión de la industria de inversión de ESG y la sostenibilidad ha evolucionado, lo que deja cada vez más claro que la elección a menudo reclamada entre la exclusión y el compromiso es una falacia. Si bien las gestoras de activos no temen excluir empresas cuando sea necesario, iniciar y mantener diálogos constructivos con las empresas elegidas para las carteras es crucial para lograr tener un impacto real.
Por esta razón, tanto el compromiso como la votación son factores que impulsan considerablemente las prácticas más sostenibles de la industria. Como tal, se reconoce como un elemento vital de la creación de valor a largo plazo tanto en los mercados de acciones como de bonos.
Sin embargo, últimamente el greenwashing pone de relieve las afirmaciones de integración y promoción de ESG, que se hacen cada vez más a nivel microscópico. Dado que creemos que el compromiso seguirá siendo una herramienta poderosa para los inversores, es vital que las gestoras generen tengan una conciencia más amplia del trabajo realizado entre bastidores para fomentar un cambio positivo. El compromiso también debe ser real: enviar cartas anuales, por ejemplo, no es suficiente.
En la actualidad, la mayoría de los casos de engagement o de compromiso que tienen mayor alcance se realizan por coaliciones de inversionistas, como Climate Action 100+, o el compromiso de colaboración que iniciamos en Nordea con respecto a la construcción de la central eléctrica de carbón Vung Ang 2 planificada en Vietnam. Si bien la comunicación de los resultados de tales actividades seguirá siendo importante, también es crucial que los inversores demuestren esfuerzos de compromiso más pequeños, pero aún significativos, a nivel de empresa. En la mayoría de los casos, estos diálogos ocurren a lo largo de varios años.
La importancia de los esfuerzos a pequeña escala
Como ejemplo, nuestro equipo de Inversiones Responsables ha estado manteniendo conversaciones de varios años con el grupo francés Air Liquide, líder mundial en gases industriales. El sector industrial es responsable del 23% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la industria energética, lo que demuestra la necesidad urgente de mejorar la eficiencia en el sector. Si bien no es evidentemente verde, Air Liquide es una compañía que podría lograr serlo.
Por consiguiente, durante la primera fase de nuestras interacciones, les propusimos:
- Que informaran según las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD).
- La introducción de un compromiso a largo plazo para alcanzar el cero neto para 2050
- El establecimiento de objetivos de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) con base científica.
Como resultado de esta fase de nuestro proceso de colaboración, Air Liquide se comprometió públicamente a alcanzar las cero emisiones netas, mientras que ahora también se adhiere a los informes de TCFD.
Durante nuestras reuniones posteriores con el director ejecutivo y responsable de sostenibilidad de Air Liquide, continuamos enfatizando la importancia de que la compañía demuestre la solidez y los logros de su estrategia climática, así como las oportunidades que ve en el mercado del hidrógeno. Su respuesta fue muy positiva, ya que Air Liquide terminó publicando su primer informe de desarrollo sostenible a principios de este año, presentando las ambiciones de sostenibilidad del grupo y los resultados más allá del aspecto financiero. En el informe, Air Liquide destacó una reducción de la intensidad de carbono del 24 % en comparación con los niveles de 2015, mientras que está en camino de lograr su objetivo de una reducción del 30 % para 2025.
Por primera vez en su industria, Air Liquide también obtuvo la validación de sus objetivos de alcance 1 y 2 a corto plazo de la iniciativa Science Based Targets, o SBTi. En cuanto a sus planes para el hidrógeno, la empresa ha comprometido 200 millones de euros para expandir la producción de hidrógeno y la infraestructura relacionada.
Continuamos con los compromisos creíbles
Dado que Air Liquide se encuentra entre los mayores contribuyentes de GEI dentro de las carteras de Nordea, seguirá siendo uno de nuestros compromisos principales en un futuro cercano. Es alentador que Air Liquide se muestre así de receptiva a nuestros comentarios y propuestas para seguir colaborando juntos en la mejora del perfil ESG de la empresa. Además de ayudarnos a alcanzar nuestros propios objetivos climáticos, esto nos genera una comodidad adicional en nuestra inversión.
A medida que avanzamos hacia 2023, nuestros próximos pasos con la compañía incluyen el fomento continuo para aumentar el gasto en capital verde, la validación de objetivos de Alcance 3 por parte de terceros, la provisión de una hoja de ruta de descarbonización sólida y creíble, y la ejecución de sus objetivos de reducción de emisiones de carbono.
Por ahora, Air Liquide tiene una calificación B+ dentro de nuestro modelo de calificación ESG patentado, lo que significa que es invertible para nuestra gama de fondos ESG STARS, donde trimestralmente informamos de nuestros compromisos con las empresas llevados a cabo. Este es el tipo de información que esperamos y nos gustaría ver más en el mercado. Así ayudamos a demostrar que una inversión real en ESG real puede contribuir a un impacto real en los problemas que nos conciernen a todos.